Nos gustan las historias. Tanto que no solo las leemos, también nos las imaginamos, las vivimos y las escribimos. Porque hay cosas que solo se sienten si se escriben. Bienvenidos a los contadores de historias

viernes, 22 de mayo de 2015

En honor al poeta muerto

(Continuación de El Club de los poetas muertos)


Copos de cristales y algodones caían desde el techo celeste de la tierra hasta su blanca y efímera alfombra donde se juntaban y se acumulaban formando ese manto de susodicha nieve. Un joven de apagados cabellos color miel con claros ojos de aguamarina dejaba huellas que mostraban su camino hacia una lápida de granito, que al igual que sus pies, se encontraba un poco hundida en la nieve. Aquel muchacho de expresión indiferente se quedó parado a un metro de su destino, luego de quedarse un rato pensativo, soltar un gran suspiro y mirar al cielo, dio un paso hacia adelante y dirigió su mirada a la losa de piedra  que yacía enfrente de él.
-Buenos días Neil, soy yo, Todd.- murmuró suavemente dirigiéndose al difunto que la tierra, lápida y nieve sepultaban.
-Esto, he venido porque quería dejarte algo que el Sr. Keating me pidió que te diera antes de que se marchase.- Tranquilamente, de una bolsa de tela vaquera sacó un libro de un color verde apagado y decorado con escasos detalles en dorado. Lo observó unos instantes soltando un suspiro y seguidamente volvió a retomar la charla.
-Mira Neil, este libro fue el que despertó la pasión por versos en nosotros, "Cinco siglos de poesía".- Fue diciendo mientras hojeaba aquella obra sin dejar de mirar de vez en cuando la lápida, pensando que iba a decir a continuación a su fallecido compañero.
-Vi que escribiste un poema al principio del libro, hasta cuando ya no estas nos sigues sorprendiendo.- Aunque su sonrisa se mostraba en su cara era todo lo contrario en su alma. Pequeñas risas desganadas se desvanecieron tan temprano como prosiguió con aquel monólogo.
-Hey, ¿te acuerdas de el primer poema que nos mostró el señor Keating?, creo que se llamaba "A las vírgenes, para que aprecien el tiempo"... Solamente cuando te fuiste comprendí el significado de aquellos versos. A veces me pregunto si de verdad todos aprovechamos el tiempo que pasamos contigo, el que me sirvió como varias lecciones de la vida y de como ver su lado bueno.-  Todd con las manos un poco temblorosas extrajo de su bolsillo un papel arrugado que a continuación desdobló con sumo cuidado.
-Yo te he escrito esto, es un poema que refleja algunas de las cosas que aprendí desde que vine a este lugar.- Dijo sacudiendo ligeramente aquella hoja. 
-No se si será muy bueno pero puse mi corazón en él, aunque suene un poco cursi.
Terminando de decir esto entre de nuevo efímeras y leves risitas carraspeó para limpiarse la garganta y comenzó a recitar:
-"El momento vivieron las futuras rosas marchitas,
 Carpe Diem la frase dibujada en riegos del huerto,
 A la luz de una cueva yacen rimas exquisitas,
 Nuestras almas fueron marcadas por la de un POETA MUERTO."
La voz del muchacho empezó a temblar en el último verso y esforzándose trató de mantener la compostura. Sus labios se presionaban con fuerza uno contra otro en un fallido intento para no llorar, a cada recuerdo que le pasaba por la cabeza más húmedos sus ojos estaban.
-Los chicos quieren seguir acudiendo al club, dicen que es lo que tu querrías... Pero, yo...
Yo no puedo permanecer en él...- Lágrimas empezaron a florar de sus ojos cristalinos.
-Yo no puedo, Neil, no sin tí, no es lo mismo, Yo solamente... ¡no quiero recordar que perdí a mi mejor amigo!¡No quiero recordar como perdí a la persona que me enseño a ver las maravillosas partes de la vida!¡No quiero, yo no quiero,¡NO QUIERO RECORDAR QUE ESTAS MUERTO!- Sin dejar de lagrimear exageradamente, Todd cayó sobre sus rodillas que se fueron humedeciendo por la fría nieve y hundió sus dedos en sus cabellos en signo de desesperación. Sus manos se fueron trasladando a su cara, que coloreada por las lágrimas al igual que acuarelas, se enfriaba. En un helado paisaje sembrado de lápidas, Todd deseaba ser el que estuviera sepultado por una de ellas.

(En homenaje a todos los poetas muertos ^u^)  
Beatriz Lacueva 3ºESO B

viernes, 6 de marzo de 2015

RELATO GANADOR DEL PRIMER CICLO DE SECUNDARIA. ELISABETH PALACIOS

EL ESTRIBILLO

Ana es hija de un famoso periodista, su pelo es largo y de color castaño, sus ojos negros, alta y delgada, es muy guapa y con tan sólo veinticinco años ya es una gran investigadora que trabaja, de vez en cuando, para el centro de investigación de la policía en Madrid, su grupo preferido de música es “ S.J.A.“, no se pierde ningún concierto de ellos, siempre va con su mejor amiga, Marta.
A su despacho, un bonito piso en la séptima planta del Paseo de la Castellana de Madrid, le llegan casos de todos los tipos: engaños, desapariciones, asesinatos… y casi todos quedan resueltos. El caso que os voy a contar a continuación, sucedió hace dos años.

El 15 de Enero de 2013, Ana estaba en una cafetería tomando un refresco con su amiga Marta, había poca gente y el ambiente estaba triste y silencioso, Ana se levanto y se acercó a la máquina de música, metió un euro, apretó el número cincuenta y seis  y comenzó a sonar una bonita canción de su grupo preferido. Al darse la vuelta le llamó la atención un señor alto y moreno con una bufanda a cuadros verdes y negros, que estaba de pie en la barra junto a una muchacha rubia de pelo corto, y que empezaba a cantarle en voz muy alta la canción. A Ana le entró la risa y volvió junto a su amiga Marta.
Al día siguiente, como siempre, compró el periódico “ Diario de Hoy “ y leyó la columna que escribía su padre, trataba de la desaparición de  Linda Suak, una cantante joven y guapa, su sorpresa fue  ver la foto y darse cuenta que era la misma muchacha rubia de pelo corto que había visto el día anterior en la cafetería.
Fue hasta el periódico donde trabajaba su padre para preguntarle por toda la información que tuviese y le comentó que se iba a poner en contacto con la familia de Linda porque iba a llevar ella el caso. Esa misma tarde viajó hasta la casa de sus padres en Santander, durante el viaje escuchó como tres veces el CD de música de “ S.J.A. “, se sabía todas sus letras. 
Los padres de Linda vivían en una bonita casa con jardín, a las afueras de la ciudad,  todo estaba muy silencioso, se presentó, les comentó que  había visto a Linda el día anterior y la invitaron a pasar,  sus padres no sabían quién podía ser el señor alto y moreno con el que la había visto Ana, ellos no sabían que pudiese tener novio y no conocían a ningún amigo ni compañero de Linda con esa descripción, desconocían si Linda tenía algún problema, con ellos era  muy amable y siempre les contaba donde iba, incluso si tan sólo salía un momento a por refrescos, le encantaba tener siempre la pequeña nevera de su cuarto llena de ellos y tomarlos con sus amigas. Ana subió a la habitación de Linda para buscar alguna pista, sus paredes estaban llenas de fotografías suyas cantando en diferentes conciertos, su armario estaba lleno de la ropa y calzado que usaba en sus conciertos y de la que utilizaba para salir a diario, en su tocador estaban todas sus cremas y maquillajes, debajo de la ventana estaba la pequeña nevera llena de refrescos  y en su escritorio había miles de partituras de música y composiciones de letras sin acabar, Ana se fijó en un papel escrito con letra grande y diferente a la de los demás, se lo guardo en su carpeta y pensó que estaba claro que Linda no se había ido voluntariamente de su casa, pero entonces ¿Por qué nadie sabía dónde estaba?, ¿Por qué estaba tan contenta cuando ella la vio escuchando la canción de “ S.J.A. “ que el señor de la bufanda a cuadros le cantaba? Ana les dio su número de teléfono móvil a los padres de Marta, se despidió y regresó a Madrid.



Ana sentada en su mesa pensó y anotó en un folio todo lo que tenía hasta ese momento: 
Linda es una chica joven, guapa, rubia de pelo corto, vive en Santander con sus padres y tiene una prometedora carrera como cantante:
El día 15 de Enero estaba en la cafetería “The beautiful music”.
Estaba contenta escuchando la canción que le cantaba un señor alto y moreno con bufanda a cuadros.
Sus padres desconocen si tiene novio, amigos o compañeros con esa descripción.
En su habitación no falta nada, está completa con todas sus cosas, en ella encuentro un papel roto en el que pone:
PONLE  HIELO A TU COPA 
ESCUCHA SIEMPRE QUE CHOCA
Lleva desaparecida siete días sin decir nada, no hay notas, ni llamadas.
De repente sonó el móvil de Ana, al otro lado del teléfono su padre le comunicaba que Linda había aparecido asesinada en un río. No había pasado ni una hora cuando Ana ya se encontraba en el lugar del crimen, todo era desesperante, el cuerpo muerto todavía se encontraba medio metido en la orilla del río, con el cabello mojado y sucio de barro y la cara morada e hinchada, estaba irreconocible. No la dejaron acercarse mucho, pero de pronto observo como entre  las ramas de un árbol había algo blanco, se acercó a cogerlo, posiblemente el viento lo había llevado hasta allí, y comprobó que era un trozo de papel idéntico al que se llevó de casa de Linda, solamente cambiaba lo que estaba escrito:
PONLE LIMÓN FRESCO Y
FORMA UN DULCE REFRESCO
Cuando llegó a su casa juntó los dos trozos de papel, comprobó que los dos encajaban perfectamente formando el estribillo de una bonita canción de su grupo preferido.
PONLE  HIELO A TU COPA 
ESCUCHA SIEMPRE QUE CHOCA 
PONLE LIMÓN FRESCO Y
FORMA UN DULCE REFRESCO
¿Qué había ocurrido?, ¿Por qué? Tras varios meses de investigación la policía decidió cerrar el caso por falta de pruebas y no le quedo más remedio que abandonarlo.

Por fin llegaron las merecidas vacaciones que esperaba, era agosto y Ana se marchaba a pasar todo el mes a Viena, la capital de Austria y la ciudad del Vals, junto a su amiga Marta. Su vuelo llegó aproximadamente sobre las diez de la mañana, se instalaron en un lujoso hotel y no perdieron ni un minuto más en visitar la ciudad, preciosos parques y jardines donde encontraron estatuas como la del gran genio de la música Mozart” y donde se pueden escuchar notas de música clásica por todas partes. Si estaban contentascon lo que escuchaban y veían, todavía se pusieron más cuando vieron que todos los autobuses urbanos llevaban anunciando el concierto de “ S.J.A para el próximo sábado a las diez de la noche.
Estaban en primera fila, escuchando y cantando todas las canciones, cuando empezó a oírse cantar por sus artistas y todo el público a la vez el estribillo que Ana había encontrado escrito en dos papeles. A Ana le empezó a doler la cabeza, empezaron a pasar por su mente imágenes que le recordaban al caso y de repente: “allí estaba, subido al escenario, alto y moreno, tocando la batería y cantando la canción, sin duda era él, el hombre de la bufanda de cuadros. Terminó el concierto y Ana se coló en los vestuarios, tenía que hablar con él, no podía dejar escapar una oportunidad como esa, al final, no logró hacerlo pero se llevo una gran sorpresa cuando en el vestuario se encontró con una guapa y rubia muchacha: Linda Suak.

miércoles, 4 de marzo de 2015

GANADORES DEL II CERTAMEN DE RELATO CORTO SAN GABRIEL

Por fin tenemos ganadores! El decisión del jurado, el departamento de Lengua, ha sido muy difícil.
Estamos muy contentos con la participación y estamos seguros de que al año que viene, para el III certamen los participantes serán muchísimos más!
Ahí van los nombres de los premiados y os recordamos que los relatos ganadores irán siendo publicados en este blog.

Primer ciclo de primaria: Jimena Monge y Paula Rodrigo
Segundo ciclo de primaria: Claudia  Cotoré
Tercer ciclo de primaria: Roberto Ruiz
Primer ciclo de secundaria: Elisabeth Palacios
Segundo ciclo de secundaria: Carlos Santolaria


lunes, 2 de marzo de 2015

EL DOCTOR DEL NORTE

¡ ATENCIÓN! RELATO NO RECOMENDADO PARA NIÑOS PEQUEÑOS O PERSONAS MUY SENSIBLES.


Cantabria. Maravillosos paisajes capaces de cautivar el alma de uno, desde el mar hasta la montaña. Desde San Vicente de la Barquera hasta Brañavieja. No hay ni un solo lugar exento de calificaciones como las que se oyen: verde, frondoso y natural.

Precisamente en una casona cercana a Brañavieja se sitúa esta historia, edificada en las faldas de las colinas y montañas que poco a poco ascienden hasta convertirse en parte de la Cordillera Cantábrica. Este caserío de estilo vasco se encuentra rodeado de árboles. Nada puede perturbar esta tranquilidad, sagrada y pacífica, excepto algo, unos gritos, unos alaridos de dolor, procedentes de la morada. En el rústico salón del caserío está el doctor Iturrioz, adulto de pelo canoso de cincuenta y muchos años, que sostiene un trapo, y este trapo está oprimiendo el cuello de un hombre, que se pone de color púrpura por momentos, al contrario que la cara del médico, que, debido al esfuerzo que realiza al ahogar al hombre, se torna roja, hasta que el individuo exhala su último aliento e Iturrioz para de asfixiarlo, sentándose en la alfombra, exhausto.

Para cualquier ser con entrañas asesinar a un igual sería horripilante. Para éste no. Para él era necesario hacerlo, y, con una expresión de frialdad reflexiona sobre los hechos que le habían llevado a cometer ese pecado.

El día que todo comenzó estaba Iturrioz viendo a su padre morir en el hospital. El hombre que le había animado a estudiar medicina fallecía no por causas naturales, sino por haber sido testigo de un ajuste de cuentas de un par de carteristas de Santander.
Aquel día, el doctor se juró que contribuiría a que esas gentes "vestigiales", como las llamaba, sirviesen para mejorar la sociedad, y así fue. Armado con una escopeta de caza consiguió capturar a los que habían herido de muerte a su padre, los encerró en una tétrica despensa subterránea de su casa, y les sometió a los más crueles experimentos para que, en vez de generar un gasto al país estando en prisiones sirviesen para sus investigaciones. Con ellos probaba gases adormecientes, pastillas que les causaban impotencia, les cortaba la cara para probar desinfectantes o antibióticos y les inyectaba enfermedades para ver cómo reaccionaban. Cuando éstos murieron del sufrimiento, Iturrioz ya secuestró a otros seres en deuda con la sociedad, asesinos, violadores...Que no habían rendido cuentas ante la justicia.
Pero llegó un momento en el que ya no mataba por investigar, sino por placer. El placer que le producía poner en práctica su enfermiza obsesión.
Pero, como se dice, no hay mal que por bien no venga, y ese día su vecino, el hombre que yacía ante él, se había pasado por su casa porque hacía tiempo que no era visto por el pueblo. El doctor se había dejado la puerta abierta y el entrometido vecino no había dudado en entrar, y cuando lo hizo , no satisfecho con haber allanado su morada, se adentró más. Los gritos de desesperación de la despensa lo atrajeron, como buen humano curioso. Cuando bajó lo vio: la imagen más deplorable jamás vista: humanos enjaulados gimiendo de dolor, sufriendo convulsiones y ataques que les impedían controlar su vejiga. Y lo vio a él: Iturrioz estaba con un cuchillo en la mano, inmóvil frente a un cadáver


El doctor ya había decidido qué iba a hacer. Iba a dejar a sus reclusos pasar hambre, y después les arrojaría el cadáver del vecino para ver cuán animales podían llegar a ser los sentimientos del hombre, y contemplar cómo practicaban el canibalismo y la necrofilia para saciar su hambre atroz.

Carlos Santolaria. 4° ESO.A

jueves, 26 de febrero de 2015

Redacción del mes de Febrero.

SONETO DE LA VIDA

La vida es como una montaña rusa,
momentos en los que estás en la cima,
alegre y triunfando sin una lágrima
y en otros queriendo ser una musa.

La vida nos pone más de una excusa,
que causa en el corazón una sima
pero nosotros no somos la víctima,
sino grandes campeones sin pausa.

La vida pasa y el tiempo no para,
las agujas del gran reloj nos marcan
el ritmo que la vida nos prepara.

En la vida los padres nos inculcan
el valor suficiente que repara
los grandes dolores que nos complican.


ANA BERGES SANCHO. 3°ESO.A

jueves, 12 de febrero de 2015

El enemigo de la sangre.


Gerard distinguió entre las sombras de la noche la silueta de su compañero. Atravesó corriendo la calle empedrada y fue a reunirse con él.
-Harris, vine lo más rápido que pude
-Bien, tenemos una misión que cumplir. En este cementerio se oculta la cripta donde mora un vampiro.

-Pero, ¿porqué vamos a ir ahora de noche? Siempre lo hacemos por el día .
-Hoy va a ser la excepción. Este cementerio es muy concurrido por el día. No quiero arriesgarme. Los dos siguieron caminando. Cerca de donde estaban una árbol había crecido desmesuradamente.
-Vamos a trepar por aquí, será más fácil- indicó Harris
-Viene un carruaje- alertó su compañero
Mientras el carruaje se aproximaban fingieron conversar animadamente, como dos conocidos que se habían encontrado de forma casual. Cuando pasó por su lado les miraron de reojo, y pronto el carruaje se perdió entre las sombras y fueron de nuevo al árbol y comenzaron a subir.
-¡Gerard! Apúrate y salta de una vez-dijo su compañero frunciendo el ceño- se hace de día
La noche estaba clara y Gerard parecía asustado.
-Te notó extraño Harris, ¿te pasa algo?
-Nada que tú puedas entender

Atravesaron hileras, criptas, tumbas... Una lechuza los seguía con su atenta mirada. Al fin llegaron a su destino; una cripta sucia y que parecía que nadie había entrado en siglos.
-Es aquí, Gerard vamos a entrar-Harris sacó un pequeño farol.
-Lo más probable es que el vampiro se haya ido, ¿no crees?

-Creí que el experto era yo- dijo él en tono sarcástico
Al encender el farol se iluminó una escalera y comenzaron a descender por ella, Gerard empuñando ya una estaca. Éste se hizo una leve herida bajando, haciéndose un pequeño corte y su amigo parecía muy nervioso y no podía dejar de mirar la sangre.
-Deja las armas y ayúdame a mover la tapa de este ataúd-indicó Harris
-No voy a dejar mis armas. Tú ya no puedes darme órdenes-objetó Gerard
-¿Y por qué?
-Porque ahora eres un vampiro y me has tendido una trampa
Harris soltó una risa estridente, echó la cabeza hacia atrás y al volverla, se había transformado en el vampiro más horrible que Gerard hubiera visto jamás.
-Gerard-dijo el vampiro con voz espeluznante-puedo oler tu sangre a km de distancia.
Gerard trató de contener la calma. Los dos se enfrentaron en una batalla épica, de la que Gerard salió victorioso consiguiendo clavarle la estaca en el corazón. Al volver al pueblo todos aclamaron al chico y este entre lágrimas dijo:
-No cantéis victoria todavía, aún nos queda el vampiro más espantoso, el que ha transformado en esa criatura a Harris. Todo esto por culpa de la sangre. 



Elena Palacín. 3° ESO.B

viernes, 6 de febrero de 2015

Ella, no él

Ya estoy en ca... sa.- Mis palabras se vieron interrumpidas al dirigir mi mirada a la escena que estaba ocurriendo en la entrada de mi apartamento. Me encontré con una imagen que me rompió el corazón en mil pedazos. En mi recibidor compartían un beso mi mejor amiga y compañera de trabajo y lo que presentía que iba a ser mi futura ex-pareja.
-Nela... ¡no! ¡espera! esto no es lo que parece!.- Dijo ella apartando de un empujón a Leo. No podía creer que después de lo que había visto ella quisiera darme una explicación. Estaba dispuesta a marcharme pero Sam me agarró del brazo y vi una maleta en el suelo:
-De verdad, esto no es...-.
-Samantha y yo nos vamos a casar, lo siento Manuela, la quiero a ella y por eso vamos a vivir juntos.- Tras estas palabras observe como se quedaba cabizbaja lo que hasta entonces era mi mejor amiga y vi como sin decir un adiós aquellos dos se fueron. Sin ni siquiera cerrar la puerta que conectaba mi vivienda con el pasillo me senté en el escalón de la entrada y me puse a analizar la situación, dolía y mucho. A Leo lo conocí hace un año y desde entonces estuvimos saliendo, nunca me llegué a enamorar de él de verdad, sin embargo, lo que más daño me hizo fue que Samantha me hiciera eso.

Ella y yo nos conocimos en el instituto, Sam era la típica chica guapa por la que todos los chicos estaban locos mientras que yo era una muchacha solitaria y discreta. Ella estaba siempre pegada a mi por alguna razón y eso me resultaba muy molesto, pero poco a poco me fue pareciendo más agradable su compañía. En la universidad quiso estudiar algo en lo que pudiera trabajar conmigo y así fue. Al acabar la carrera a Samantha la propusieron un puesto de presentadora en unos informativos de noticias medianamente populares y les puso la condición: que me contrataran como corealizadora del programa, debían estar desesperados por contratarla porque al final cedieron. Tuvimos que mudarnos a Barcelona para ello y finalmente conseguimos un buen piso.
En esos años me fui dando cuenta que me sentía cómoda estando a su lado y la echaba en falta cuando no estaba. Me sentía avergonzada y culpable por empezar a sentir cosas raras hacia la única mejor amiga que había tenido, por eso decidí darle una oportunidad a un chico que me pidió salir y meses después me mudé con él, se que era algo repentino pero no quería que Samantha se diera cuenta de mis sentimientos y yo le empezara a disgustar. Supongo que me empezó a odiar cuando me fui del piso y por eso se lió con Leo.
"Bueno, suficientes reflexiones por hoy." pensé dirigiéndome a la cama. De repente el bolsillo del pijama me vibró, alguien me había mandado un mensaje. Quien sería a estas horas, para mi sorpresa era Samantha quien me envió el mensaje: "Mañana va a ser la boda, necesito hablar contigo antes." En el mensaje también ponía la dirección de la iglesia. Me pareció egoísta de su parte pedirme una cosa así, pero como se trataba de ella no pude negarme.
A la mañana siguiente me desperté un poco tarde pues no había puesto el despertador así que tuve que apresurarme. Al parecer llegué antes de hora aun no había nadie ni se oía nada, nada excepto dos voces que podía reconocer claramente, me escondí detrás del portón para que no me vieran:
-No puedo creer que tenga que casarme contigo.- Escuche a Samantha decir.
-Vamos al final te acostumbraras, además...- Este se acerco a Sam para besarla pero esta le empujó, que extraño.
-No me toques.- dijo ella tapándole los labios con su mano, no sabía que fuera del tipo de chicas frías y poco cariñosas.
-Sabes que no tienes alternativa, si te niegas ya sabes tú quien se podría enterar de una cosita. "¿qué?" pensé, Leo le estaba haciendo chantaje así que en realidad Samantha no me odiaba. Me sentí un poco aliviada pero aún así se iba a casar con alguien que no quería, pero yo no podía hacer nada porque ella se podría ver en un apuro.

Poco a poco la iglesia se llenó de gente y cuando hubo suficiente para que Leo y Sam no se dieran cuenta de mi presencia entré. La ceremonia empezó y era bastante aburrida, pero en lo  único en lo que me podía fijar era e el apagado rostro de Samantha, un rostro que solía rebosar de felicidad. Entonces cuando comencé a prestar más atención a la charla del cura se escucharon las palabras: "Quien crea que esta union no se debe llevar a cabo que hable ahora o calle para siempre."
-¡NO!- Grité levantándome del banquillo. Todo el mundo se me quedo mirando, no podía creer lo que acababa de hacer y avergonzada me fui corriendo de ese lugar.
-¡Manuela!- Escuché gritar a Samantha desde la iglesia. Ya no miraba atrás ni sabía a donde iba, solo corría para escapar de mi vergüenza y humillación. De pronto sentí algo agarrándome el brazo, era la mano de Samantha que traía un exhausto rostro y jadeaba de cansancio no podía creer que me hubiera seguido.
-Nela... espera... yo...- Dijo recuperando la respiración mientras me soltaba el brazo, aún con el vestido de novia.
-Samantha, creo que deberíamos dejar de vernos, se que estas en una situación complicada, pero yo...
-¿Qué dices?.- Me miró con cara de desconcierto, "ya no importa nada, se lo diré."
-Me... me gustas, ¿es raro verdad? soy rara...- Entre lagrimas me aparte de ahí y estaba dispuesta a marcharme cuando de repente Samantha me tomó por el mentón y unió nuestros labios. Yo la aparté de un empujón.
-Te quiero.- Me dijo con seriedad. Mis lagrimas fluyeron mas abundantemente, creía que se lo estaba tomando a broma.
-¡Mentirosa! Con todos los chicos que has salido y ahora intentas decirme eso, eres horrible. -¡Espera!- Dijo alzando el tono y agarrándome mas fuerte. -Te he dicho que te quiero, me gustas desde el instituto. Esa era la razón por la que me iba a casar con Leo, porque tenía intención de contártelo si no hacía lo que el quería.- Después de decir esto mis lagrimas se comenzaron a secar.
-¿De verdad?- Dije con voz incrédula.
-Cuantas veces más te lo voy a tener que decírtelo.- Me dijo acercándose.
-Ya nunca más te dejaré.- Ella y yo nos quedamos abrazadas durante un rato.
Sam, después de lo sucedido canceló su matrimonio con Leo y me contó que el había estado obsesionado con ella desde que empezó en la tele y solo me pidió salir para llegar a ella. Finalmente Samantha y yo volvimos a vivir juntas y bueno, así empezamos a salir.



Beatriz Lacueva. 3º ESO.B